ACCIÓN SOLIDARIA


Fratisa ha estado dirigida e impulsada desde el principio por un grupo de seglares que, tras su impacto al recorrer como peregrinos el País de Jesús, se comprometió a poner los medios pertinentes para no perder el contacto entre sí. Ello no ha impedido, sin embargo, que su animador haya sido siempre el P. Antonio Salas, director de la Escuela Bíblica de Madrid así como de las peregrinaciones a Tierra Santa. Y él, desde hace muchos años, viene complementando su labor docente en España con actividades catequético-pastorales en distintos países americanos, entre los que han destacado tres: Estados Unidos, México y Guatemala. Pues bien, fue en Guatemala donde se involucró con el mundo indígena, al que desde un primer momento no cesó de ayudar con alimentos, consejos y medicinas.

Consciente Fratisa del compromiso del P. Antonio Salas con los indígenas guatemaltecos, le propuso convertir su inquietud personal en un proyecto solidario, que obviamente Fratisa se comprometería a financiar. Tras madurar la idea (2009), se pusieron los cimientos de un edificio en la aldea serrana de Patanatic, en el que –aun sin tener del todo definidos sus objetivos– se aspiraba a paliar las necesidades de las comunidades mayas instaladas en su entorno. En un primer momento se pensó convertir la casa en una pequeña clínica/dispensario, a cuyo frente estuviera un médico o una enfermera. La idea era muy atractiva, pero su realización se topó con tantos problemas que se decidió convertir el proyecto en una misión, donde hallaran acogida los niños desamparados y desprotegidos.

Fue en este momento cuando se conectó con la Fundación Isabel de Lamo (Patto’s), solicitando su apoyo, ya que –entre sus objetivos solidarios- ocupa un lugar preferente la ayuda a la infancia. Patto’s no solo vio con muy buenos ojos nuestro proyecto humanitario, sino que nos agració, desde el primer momento, con una sustanciosa aportación anual. Ello nos ha permitido aumentar el número de “patojos” (niños) a los que ofrecer alimentos, soporte psicológico y ayuda médica, lujos que en –aquella paupérrima sierra guatemalteca- muy pocos se pueden permitir. La cooperación de Patto’s ha sido –y sigue siendo- providencial.


Ultimadas las obras, la misión se inauguró en septiembre de 2011. Bajo el impulso de Fátima Guzmán, secundada en todo momento por Angélica Baltazar, se abrieron las puertas del centro a cuantos niños y niñas iban en busca de comida. Sin embargo, la idea fue desde un principio brindarles también una sólida formación humana y religiosa. Pero ¿cómo? Fratisa podía ofrecer el soporte económico, pero no gestionar directamente la obra. En busca de una solución, decidió nombrar a Fátima Guzmán Delegada General para Guatemala, pues vivía en Chiapas (México), no lejos de nuestra misión de Patanatic. Y fue ella –al alimón con el P. Antonio Salas- quien casi de inmediato consideró indispensable contar con el respaldo de una institución religiosa de Guatemala.

Después de un sinfín de tanteos y numerosos desencantos, se logró conectar con las Hermanas Misioneras de la Eucaristía, una institución religiosa de reciente fundación (1973), cuyos miembros son indígenas en su totalidad, siendo su carisma fundacional brindar ayuda a cuantos indígenas de la comarca comparten marginación. Y, en aquella remota zona montañosa, lo difícil es encontrar a alguien que no la comparta. Se habló con ellas sobre la posibilidad de que gestionasen nuestra misión, comprometiéndose Fratisa a sostenerla económicamente. Una vez aceptada por ellas la oferta, se escrituró a su nombre la propiedad. Y, desde enero de 2013, están gestionando la misión de manera admirable. Ahora Fratisa tiene claro que su obra solidaria en Guatemala tiene asegurado el futuro.

Sin embargo, para mantener y dinamizar su proyecto, necesita la cooperación económica de personas con ganas de ayudar a los pobres pero con plena garantía de que sus aportaciones llegan íntegras a su destino. Y esto lo puede garantizar Fratisa, pues carece de organigrama burocrático. Si deseas cooperar, pincha aquí.
Copyright © 2012 Escuela Bíblica Madrid. Todos los derechos reservados.